bombilla

 
JEANNE DE PETRICONI

VISUAL ARTIST

 
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Y MI PENSAMIENTO ESTÁ SALTANDO POR EL MURO

(2023)

 

 

 

 

 

     

 

 

 

Text in Spanish, English and French

ES

A finales de 2021, una niña que todos y todas conocíamos en el barrio fue víctima de violencia vicaria. Un grupo de mujeres, madres y activistas del barrio se reunieron para reflexionar sobre lo sucedido.
Surgió la propuesta de rendir homenaje a la víctima bajo la forma de un mural permanente en el espacio público autogestionado de Esta es una plaza.
Al haber sido afectada de cerca por los hechos, y por otras razones directamente relacionadas, sentí la necesidad de llevar a cabo el proyecto.

Empezó entonces un proceso de varios meses.
Propuse realizar el mural a partir de dibujos y trazos de niños y niñas de dos o tres años que la conocían. Creaciones libres, no guiadas por la mano de un adulto, producidas por sus pequeñas manos. Hice una composición a partir de fragmentos de sus dibujos, cuya esencia quería transmitir lo más fielmente posible. Me centré en la armonía de la composición, los colores y la escala de los elementos elegidos. Quería captar ese momento de la infancia al que ella había llegado, y hacer de este mural un homenaje vivo, alegre, colorido y enérgico.
Antes de embarcarme en la composición visual del mural, tuve que encontrar un fragmento de poesía que fuera lo suficientemente metafórico como para encajar en un espacio dedicado a la infancia, y lo suficientemente abierto como para permitir varios grados de lectura.
Así que me decidí por "Y mi pensamiento está saltando por el muro", un fragmento extraído del poemario autobiográfico de Josefina de la Torre Versos y Estampas (1927).
En el poema elegido, la autora intenta recuperar momentos perdidos y preciosos de su infancia. El poema comienza con una descripción del recorrido que conduce a un parque similar en muchos aspectos a Esta es una plaza.

Esta poesía me recordó este espacio de juego libre, un espacio de libertad por excelencia que existe al margen de las normas de seguridad vigentes; donde hay una casa en un árbol, un arenero, estanterías de libros, un anfiteatro y mobiliario fabricado en su totalidad por los miembros del colectivo, a partir de materiales reciclados. Esta es una plaza también incluye un jardín de cactus, un huerto y zonas experimentales de jardín silvestre. No es raro que los niños y niñas jueguen con ladrillos viejos, piedras, tablas, que encuentren clavos, que se hagan daño con astillas o que se caigan en la tierra.
Esta es una plaza es un espacio de sedimentación de la infancia, un espacio que muy probablemente formará parte de los mejores recuerdos de juego de muchos niños y niñas. Esto es lo que Josefina de la Torre nos transmite en primera persona en su poema.
La autora recuerda un juego de su infancia y lo reproduce con la fuerza de su imaginación. El muro que evoca se asocia espontáneamente al propio soporte del mural. Sin embargo, el fragmento de poesía es ante todo la expresión de un pensamiento circular, el de una pregunta obsesiva que queda sin respuesta ante la desproporción de tal acto.

Hay otro elemento simbólico importante en el mural.
Una vez elegido el fragmento de poesía, lo proyecté en la pared, cubrí cada letra con cinta adhesiva, pinté todo el mural a partir de los fragmentos de dibujos que había recolectado y, por último, retiré los adhesivos que protegían y ocultaban el fragmento de poesía. Por sustracción aparece en blanco roto, el blanco del fondo que había elegido. La palabra "sustracción" me interesa especialmente porque, precisamente, donde aparece la palabra, el dibujo deja de existir. Está ausente. Es lo que se ha sustraído a su infancia.
 
Por último, el 8 de marzo improvisé una performance con niñas y niños que jugaban en Esta es una plaza. Por turnos, fueron desvelando las palabras del fragmento de poesía arrancando las cintas adhesivas que estaban a su alcance, lo que resonó en mí como un gesto fuerte que cerraba el proyecto.

El resultado final del mural es fruto de un diálogo regular con las mujeres del grupo del que formo parte. Tras muchas propuestas visuales, se eligió esta de forma colectiva.

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EN

At the end of 2021, a child we all knew in the neighbourhood was the victim of vicarious violence. A group of women, mothers, and activists from the neighbourhood came together to reflect on what had happened.
The proposal to pay tribute to the victim in the form of a permanent mural in the self-managed public space of Esta es una plaza emerged.
Having been closely affected by the events, and for other directly related reasons, I felt a compelling need to carry out the project.

A process of several months then began.
I proposed to make the mural from the drawings and tracings of two to three year olds who knew her. Free creations, not guided by the hand of an adult, produced by their little hands. I made a composition from fragments of their drawings, whose essence I wanted to convey as faithfully as possible. I focused on the harmony of the composition, the colours and the scale of the elements chosen. I wanted to capture that moment of childhood to which she had arrived, and make this mural a living, happy, colourful and energetic tribute.
Before embarking on the visual composition of the mural, I had to find a fragment of poetry that was metaphorical enough to fit a space dedicated to childhood, and open enough to allow several degrees of reading.
So I decided on "Y mi pensamiento está saltando por el muro"
(which would be translated as 'And my thoughts jump over the wall'), a fragment from Josefina de la Torre's collection of autobiographical poems Versos y Estampas (1927).
In the chosen poem, the author attempts to recover lost and precious moments from her childhood. The poem begins with a description of the route that leads to a playground similar in many ways to Esta es una plaza.

This poetry reminded me of this free play space, a space of freedom par excellence that exists outside the current safety regulations; where there is a tree house, a sandbox, bookshelves, an amphitheatre and furnitures made entirely by the members of the collective, from recycled materials. Esta es un plaza also includes a cactus garden, a vegetable garden and experimental wild garden areas. It is not uncommon for children to play with old bricks, stones, boards, find nails, injure themselves with splinters, or fall into the dirt.
Esta es una plaza is a space of childhood sedimentation, a space that will most likely form part of the best play memories of many children. This is what Josefina de la Torre conveys to us in the first person in her poem.
The author recalls a game from her childhood and reproduces it with the power of her imagination. The wall she evokes is spontaneously associated with the mural's own support. However, the fragment of poetry is above all the expression of a circular thought, that of an obsessive question that remains unanswered in the face of the disproportion of such an act.

There is another important symbolic element in the mural.
Once I had chosen the fragment of poetry, I projected it onto the wall, covered each letter with adhesive tape, painted the whole mural from the fragments of drawings I had collected, and then finally removed the adhesives that protected and obscured the fragment of poetry. By subtraction it appears in off-white, the white of the background I had chosen. The word subtraction interests me particularly because, precisely, where the word appears, the drawing ceases to exist. It is absent. It is what has been subtracted from her childhood.

Finally, on 8 March I improvised a performance with children who were playing in Esta es una plaza. They took turns to reveal the words of the fragment of poetry by tearing off the adhesive tapes that were within their reach, which resonated to me as a strong gesture that brought the project to a close.

The final result of the mural is the fruit of a regular dialogue with the women in the group of which I am a member. After many visual proposals, this one was chosen collectively.
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FR

À la fin de l’année 2021, une enfant que nous connaissions toutes et tous dans le quartier a été victime de violence vicariante. Un groupe de femmes, mères, et activistes du quartier s’est constitué afin de réfléchir à ce qui venait de se produire.
La proposition de rendre hommage à la victime sous la forme d’un mural permanent dans l’espace public autogéré de Esta es una plaza a surgi.
Ayant été touchée de près par les faits, et pour d’autres raisons directement liées, j’ai senti une nécessité impérieuse de porter le projet.

Un processus de plusieurs mois a alors commencé.
J’ai proposé de réaliser le mural à partir de dessins et tracés d’enfants de deux à trois ans qui l’ont connue. Des créations libres, non guidées de la main d’un adulte, produites par leurs petites mains. J’ai réalisé une composition à partir de fragments de leurs dessins dont je souhaitais transmettre l’essence des gestes, les techniques de tracés et couleurs le plus fidèlement possible. Je me suis centrée sur l’harmonie de la composition, les couleurs, l’échelle des éléments choisis. J’ai souhaité fixer ce moment de l’enfance jusqu’auquel elle est arrivée, et faire de ce mural un hommage vivant, heureux, coloré et énergique.
Avant de me lancer dans la composition visuelle du mural il m’a fallu trouver un fragment de poésie suffisamment métaphorique pour être en adéquation avec un espace dédié à l’enfance, et suffisamment ouvert pour permettre plusieurs degrés de lecture.
C’est alors que je me suis décidée pour « Y mi pensamiento está saltando por el muro »
(qui serait traduit de cette façon « Et mes pensées sautent par-dessus le mur »), un fragment extrait du recueil de poésies autobiographiques Versos y Estampas (1927) de Josefina de la Torre.
Dans le poème choisi, l’auteure tente de retrouver des moments perdus et précieux de son enfance. Le poème commence par la description du parcours qui mène à un espace de jeu similaire en plusieurs points à Esta es una plaza.

Cette poésie m’a évoqué cet espace de jeu libre, un espace de liberté par excellence qui existe en dehors des normes de sécurité en vigueur ; où l’on trouve cabane dans les arbres, bac à sable, étagères de livres, amphithéâtre et mobilier intégralement réalisés entre les membres du collectif, à partir de matériaux recyclés. Esta es un plaza comprend aussi un jardin aménagé de cactus, un potager et des zones expérimentales de jardins sauvages. Il n’est pas rare que les enfants jouent avec de vieux morceaux de briques, des pierres, de vieilles planches, qu’ils trouvent des clous, qu’ils se blessent avec des échardes, ou qu’ils chutent dans la terre battue.
Esta es una plaza est un espace de sédimentation de l’enfance, un espace qui très probablement formera partie des meilleurs souvenirs de jeux de nombreux enfants. C’est un peu cela que nous transmet Josefina de la Torre à la première personne, dans son poème.
L’auteure se remémore un jeu de son enfance et le reproduit grace à la puissance de son imagination. Le mur qu’elle évoque s’associe spontanément au support même de la peinture murale. Cependant, le fragment de poésie est avant tout, l’expression d’une pensée circulaire, celle d’une question obsédante qui reste sans réponse face à la disproportion d’un tel acte.

Il y a un autre élément symbolique important dans le mural.
Une fois le fragment de poésie choisi, je l’ai projeté sur le mur, j’ai recouvert chaque lettre de ruban adhésif, j’ai peint l’ensemble du mural à partir des fragments de dessins que j’avais collectés, puis en dernier lieu j’ai ôté ces adhésifs qui protégeaient et occultaient le fragment de poésie. Par soustraction il apparaît en blanc cassé, le blanc du fond que j’avais choisi. Le mot soustraction m’intéresse particulièrement car, précisément, là où apparaît le mot cesse d’exister le dessin. Il est absent. C’est ce qui a été soustrait de son enfance.

Pour terminer, le 8 mars j’ai improvisé une performance avec des enfants qui jouaient à Esta es una plaza. Ils ont révélé tour à tour les mots du fragment de poésie en arrachant les rubans adhésifs qui étaient à leur portée, ce qui a résonné en moi comme un geste fort qui venait boucler le projet.

Le résultat final du mural est le fruit d’un dialogue régulier avec les femmes du groupe dont je fais partie. Après de nombreuses propositions visuelles, c’est celui-ci qui a été choisi de façon collective.

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Pintura mural en Esta es una plaza (Lavapiés, Madrid)

170 x 260cm

Proyecto surgido de una necesidad de las mujeres del barrio para rendir homenaje a una niña víctima de violencia vicaria

Mural creado a partir de dibujos infantiles de niñas y niños de dos a tres años del barrio de Lavapiés, compañeros/as de la niña

(Gracias a Isabel Cadenas Cañón por la recomendación del poema que da título a la obra, y a las compañeras por la confianza)